Ya son ocho años que se prohibió la venta de comida chatarra en escuelas, pero en CDMX se continúan vendiendo. ¿Por qué? 👉 No se vigilan los lineamientos y hay intereses económicos, además de los malos habitos alimenticios, señalan organizaciones.
“Paseé al perro en la cuadra de mi condominio, fui a sacar copias de documentos en una tiendita y tuve que ir a un shopping”, cuenta.nunca ha salido del departamento de 45 metros cuadradosPara Rafael, la necesidad de permanecer encerrado por la pandemia de covid-19 hizo que su propia casa se convirtiera en una prisión, de la que aún hoy no puede salir, por temor a contagiarse de coronavirus y desarrollar la enfermedad más grave.
De hecho, con la necesidad de un confinamiento por la propagación del virus, esta persona con autismo comenzó a ayudar mucho al propio Rafael, brindándole apoyo emocional y ayudándolo con tareas básicas, como llevarle algunas compras de supermercado.
Comenzó entonces una verdadera epopeya en la que Rafael y sus compañeros y familiares intentaron convencer a un profesional de la salud para que acudiera al apartamento y le administrara allí la vacuna. Pero el miedo a sufrir algún efecto secundario —y tener que ir a urgencias— le hizo desistir de la idea de iniciar un tratamiento farmacológico.La muerte del comediante Paulo Gustavo por covid reforzó algunos de los temores de Rafael.A pesar de llamar la atención, la historia de Rafael se repite, en mayor o menor medida, con otras personas, según expertos con los que habló BBC News Brasil.
“Pero a medida que pasa la pandemia sucede otro fenómeno. Vuelven las dificultades anteriores, que estaban latentes, yY, para las personas que ya tienen algún tipo de vulnerabilidad, todo esto representa una carga emocional muy alta, explica Damiano. “Para algunos, quedarse en casa fue bienvenido y brindó la oportunidad de profundizar las relaciones con personas cercanas, como parejas e hijos. Para otros, la falta de contacto físico y la interminable comunicación digital tuvoAl recordar situaciones y episodios en los que las personas también están aisladas, como en prisiones, secuestros, viajes alrededor del mundo o vuelos espaciales, Crawford cita algunas estrategias que pueden funcionar y son buenas para la mente.