El Conafe instaló dos escuelas comunitarias en el interior de la hacienda San Miguel Tepequexpa, propiedad del gobernador Miguel Barbosa, que atienden a cuatro niños de preescolar y a 15 de primaria, hijos de los trabajadores del lugar.
Incluso, señala que Erasmo Trujillo Valderrama, quien en ese momento era inspector de Educación Indígena en la Zona, fue cesado cuando señaló que la instalación de estas escuelas violaba las normas del Conafe, pues ya había dos centros educativos en funciones de ese órgano descentralizado a menos de 250 metros de distancia del rancho de Barbosa.
Sin embargo, Cortés Gil no proporcionó a la periodista copia de ese diagnóstico, sólo la Unidad de Transparencia de ese municipio respondió que el seguimiento de esa gestión se realizó “directamente de parte de la Dirección General de Gobierno y del DIF Estatal”. En entrevista con Castillo, manifestó que él no sabía que las escuelas se instalarían en el rancho de la familia de Barbosa, sólo notificó a sus superiores que no cumplían la norma del Conafe que marca que la cercanía entre un centro y otro no debe ser menor a un kilómetro.
También, Mario Vélez Merino, quien en 2019 asumió como director de Conafe, informó que tras realizar una auditoría, ordenó el cierre de escuelas por considerar ilegal la apertura, pero de inmediato recibió la insistente solicitud de Melitón Lozano Pérez, titular de la Secretaría de Educación Pública, para que revirtiera su orden de cancelación, porque esos centros educativos “eran de interés para el gobernador Miguel Barbosa...
Barbosa justificó en ese entonces que esa hacienda, que sobresale por estar bardeada en piedra gris y por tener edificaciones y una capilla privada que asemejan un castillo, era realmente una herencia de su padre Miguel Barbosa Valiente hacia su madre y que al morir ésta, lo heredaría junto a sus hermanos.