Opinión | Susan Crowley (SusCrowley) 'El misterio que nos habita' 'La atmósfera islámica, con sus cinco llamados al rezo diarios, han generado una serie de prejuicios. Cierta crítica que considera a esta religión fanática'
Pta es el dios egipcio del tiempo, crea, insufla en la oscuridad y nombra. Dador de la existencia, fundamento del tiempo. Fuerza superior que entraña los misterios de la vida. Origen de Egipto, cultura que nace crece y muere en la ribera y en los valles del Nilo. Un falo que baña, irriga y así insemina el espíritu de los dioses en la tierra. Cada día, frente a Ra, máxima deidad, el sol, nace y muere el mundo.
Primero, El Cairo. Una urbe de contrastes, de claroscuros que solo pueden fascinar si somos capaces de dejarnos seducir por sus defectos. El tráfico insoportable, la falta de respeto a las señales, la basura, los hombres con largas túnicas y mujeres vestidas de negro y veladas, que parecen arrojarse contra los autos. El ruido insoportable, el calor y la arena del desierto hacen que todo parezca sucio. Una ciudad, para muchos, intransitable y odiosa.
Siempre he tenido un enorme respeto y, confieso, una cierta distancia con el arte árabe a pesar de fascinarme el Al-andaluz y admirar la forma en la que llevaron la cultura a España. Después de visitar las mezquitas y alcanzar a ver una mínima parte de sus mil minaretes, me pongo a los pies de esta ciudad. Una tras otra, las más antiguas mezquitas, hablan de la belleza del Corán y de Alá como fuente inagotable de fe.