El texto, aprobado ahora en las dos cámaras estatales de mayoría republicana, tiene que ser refrendado por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ya ha expresado su apoyo a la iniciativa.
La oposición demócrata y los activistas LGTBI han tratado de frenar un proyecto al que llaman “Don’t Say Gay” y que se aplicará desde el parvulario hasta el tercer grado, donde los alumnos suelen tener ocho o nueve años.
El secretario estadounidense de Educación, Miguel Cardona, criticó este martes la medida. “Los líderes de Florida han decidido que las leyes basadas en el odio y en la discriminación tengan prioridad sobre el hecho de que los estudiantes se recuperen de la pandemia”, tuiteó.
Los republicanos del estado libran desde hace meses una batalla para que los padres tengan un mayor poder de decisión sobre la educación de sus hijos. La batalla educativa se centra también en la Teoría Crítica de la Raza, una doctrina que propone estudiar el pasado esclavista y de segregación del país como origen del racismo actual.