El único que puede vencer esta oligarquía avarienta es petrogustavo, y cualquier cosa pueden inventar. Denuncias, cárcel, mentiras. Incluso matarlo, como a Gaitán. Columna de Opinión por Gabriel Ángel.
No olvido aquella mañana de lunes. El día anterior había sido 19 de abril y papá, junto a un grupo de vecinos, se había quedado en la sala oyendo las noticias acerca de las elecciones. Los reportes oficiales señalaban cada cierto lapso de minutos, más datos según los cuales Rojas Pinilla era el ganador. La apoteosis de la Anapo, la Alianza Nacional Popular, el partido fundado por el expresidente que ahora punteaba en los resultados de las elecciones.
-Publicidad.- El Instituto de Crédito Territorial había sido su creación. Para construir viviendas, sin negocio, con una cuota mensual fija durante 20 años, tras los cuales el adquirente podía reclamar su escritura pública como propietario. Un sueño, una fantasía que muchos habían visto convertir en realidad gracias a Rojas Pinilla. Tener casita propia, con una mensualidad mínima.
Publicidad. Hubo dos o tres días de agitación política. La gente se botó a las calles. El ejército ocupó las avenidas y los barrios. El presidente Lleras Restrepo apareció por la televisión diciendo que los resultados electorales eran limpios, y que el ganador era Pastrana. Amenazando con la violencia oficial si continuaban las manifestaciones en las calles.
Cada cuatro años los candidatos eran liberales o conservadores según el turno. La gente tenía que votar por el de sus preferencias entre el abanico que le presentaban. Ese año eran candidatos Rojas Pinilla, Misael Pastrana, Evaristo Sourdís y Belisario Betancur Cuartas. Lo de Rojas era raro. Encabezaba su propio partido, la Anapo. Me enseñaron que pese a eso, al momento de la inscripción se había reconocido como conservador.